Cómo adaptarse a Verifactu: la hoja de ruta para empresas de servicios

Otra vez. Aparece una nueva palabra en el tablero, Verifactu, y con ella la sensación familiar de urgencia y confusión. Si estás aquí, es porque buscas una respuesta clara a cómo adaptarse a Verifactu, y no te vale la jerga legal. Quieres un plan de acción.
Sin embargo, hemos detectado que la mayoría de empresas están empezando la carrera sin saber en qué pista compiten. Antes de dar un solo paso, hay una decisión estratégica que lo cambia todo y que define la tecnología que necesitas y los procesos que debes adoptar. Aquí no vamos a recitar el BOE. Vamos a trazar la verdadera hoja de ruta, empezando por la elección que nadie te está explicando.
Tabla de contenidos
- 1 El error capital: creer que solo hay un camino para cumplir la ley
- 2 La anatomía del cambio: los dos modelos de cumplimiento sobre la mesa
- 3 Cómo adaptarse a Verifactu: el plan de acción paso a paso
- 4 Adaptación a Verifactu más allá de la factura: Conectando tu operativa real
- 5 El coste de la inacción: ¿Qué ocurre si ignoro Verifactu?
- 6 Más allá de la obligación: la oportunidad oculta
- 7 La elección es el primer paso hacia el control
- 8 Preguntas frecuentes
El error capital: creer que solo hay un camino para cumplir la ley
El primer impulso es buscar un software que ponga «Cumple con Verifactu» en su web. Esto es un error. La normativa ha creado una bifurcación, dos caminos distintos para ser 100% legal, cada uno con implicaciones técnicas y operativas muy diferentes.
Elegir un proveedor antes de haber elegido tu camino es como comprar los billetes de avión sin saber si vas a la playa o a la montaña. El mayor riesgo no es la multa, es acabar con una herramienta que no se alinea con tu forma de operar, generando fricción diaria, frustración en tu equipo y costes ocultos en horas perdidas.
La anatomía del cambio: los dos modelos de cumplimiento sobre la mesa
Modelo A: El Guardián Interno (Cumplimiento sin envío)
En esta modalidad (No Verifactu), tu software es el único guardián. La ley te exige que tu programa de facturación sea una especie de caja fuerte digital. Debe implementar una compleja especificación técnica para generar un registro por cada factura, firmarlo digitalmente y encadenarlo con el anterior de forma local.
- Responsabilidad: 100% en tu sistema.
- Prueba en una inspección: El software debe ser capaz de demostrar por sí mismo la inviolabilidad de sus propios registros de los últimos 5 años (contando a partir de la entrada en vigor de Verifactu).
- Comunicación con AEAT: No hay envío automático de facturas. Al no enviar la factura tampoco se realiza la validación por parte de hacienda por lo que se podría estar guardando facturas con datos inconsistentes.
- Dependencia del proveedor: Cambiar de proveedor resultaría mucho más costoso ya que se tendría que migrar al menos los últimos 5 años del registro de eventos al nuevo proveedor.
Costes: Aumenta los costes de almacenamiento ya que requiere un registro de eventos encadenado y firmado digitalmente para verificar que no se puede alterar su contenido.

Modelo B: El Guardián Externo (Sistemas Verifactu con envío a la AEAT)
En esta modalidad (Verifactu), el software envía en tiempo real una copia de los datos fiscales de cada factura a la Agencia Tributaria, que se convierte en el guardián principal. La cadena de registros oficial y la prueba de integridad residen en los servidores de Hacienda.
- Responsabilidad: Compartida. Tu software debe garantizar el envío correcto, y la AEAT garantiza la custodia del registro.
- Prueba en una inspección: La confirmación de envío y aceptación por parte de la AEAT es la prueba reina.
- Verificación por la AEAT: Al enviar la factura, su contenido es validado en tiempo real por la Agencia Tributaria. El código QR resultante enlaza directamente con el portal de la AEAT, ofreciendo una garantía de autenticidad y total transparencia para tus clientes.
Requisito local: El software no necesita mantener la misma cadena de bloques local, pero sí debe tener un registro de todas las comunicaciones con Hacienda.

Cómo adaptarse a Verifactu: el plan de acción paso a paso
Paso 1: La decisión estratégica – ¿Qué modelo de cumplimiento encaja contigo?
Esta es la pregunta más importante. No hay una respuesta universal. Analiza las implicaciones reales de cada opción:
- Si eliges el Modelo A (Guardián Interno):
- Ventaja – Autonomía: Tu facturación no se detiene si se cae internet o si los servidores de la AEAT tienen problemas. Tu operación es inmune a factores externos.
- Desventaja – Carga de la prueba: La responsabilidad de la integridad de los datos es enteramente tuya (y de tu software). En caso de una inspección, la robustez de tu sistema será puesta a prueba. Debes confiar ciegamente en la tecnología de tu proveedor.
- Si eliges el Modelo B (Guardián Externo – Verifactu):
- Ventaja – Seguridad jurídica: Tener el «OK» de la AEAT para cada factura proporciona una gran tranquilidad. Actúa como un seguro y simplifica las futuras auditorías.
Desventaja – Dependencia: Tu proceso de facturación pasa a tener una dependencia crítica de tu conexión a internet y de la disponibilidad de los servicios de la AEAT. Aunque antes falles de comunicaciones se puede establecer una política de reintentos lo que mitiga este problema.
Paso 2: La conversación clave con tu proveedor (Ahora con las preguntas correctas)
Una vez has elegido tu modelo, la conversación con tu proveedor es completamente diferente.
Si elegiste el Modelo A (Guardián Interno / Sin Envío): Tu pregunta clave debe ser: «La carga de la prueba recae enteramente en vuestro software. Necesito que me expliquéis cómo implementáis técnicamente el registro de facturación encadenado y la inmutabilidad de forma local. Vuestro sistema es la única garantía de cumplimiento, por lo que su robustez en este punto es innegociable. En caso de cambio de proveedor o de inspección de hacienda ¿Como puedo exportar el registro de eventos?»
Si elegiste el Modelo B (Guardián Externo / Veri*factu*): Tu pregunta clave cambia a: «De acuerdo. La AEAT es el custodio del registro. Mi preocupación se centra en la fiabilidad de la comunicación. Necesito entender cuál es vuestro proceso para registrar y verificar que cada factura ha sido enviada y aceptada correctamente por la AEAT. ¿Cómo se gestionan los fallos de conexión y qué registro local queda para mi tranquilidad?»
Paso 3: Diseñar el Plan de Migración y Formación
El plan de implementación y formación del equipo debe adaptarse a tu elección. No subestimes la gestión del cambio; el mayor obstáculo no es técnico, es humano.
- Designa un responsable: Nombra a un «campeón» interno del proyecto. No tiene que ser un directivo, sino alguien organizado y respetado que centralice dudas y coordine la transición.
- Comunica el «porqué»: Explica a tu equipo por qué se hace este cambio. No es un capricho, es una obligación legal que, bien gestionada, mejorará los procesos. Si el equipo entiende el propósito, la resistencia disminuye.
Planifica la formación: La formación debe ser práctica. Para el Modelo A, céntrate en los nuevos flujos internos (anulaciones, rectificaciones). Para el Modelo B, añade módulos específicos sobre cómo monitorizar el estado de envío a la AEAT y cómo actuar ante un rechazo.
Paso 4: La Prueba de Fuego y la Validación
El proceso de pruebas también varía.
- Para el Modelo A: Las pruebas se centran en auditar el sistema. Pide al proveedor que te enseñe a «exportar» o visualizar los registros de la cadena para que entiendas cómo se demuestra la trazabilidad. Simula un error y comprueba cómo queda registrado.
- Para el Modelo B: El proveedor ha tenido que realizar las pruebas contra el entorno de pruebas (sandbox) de la AEAT. Es crucial no solo verificar el envío, sino también probar los casos de error. ¿Qué pasa si envías una factura con un NIF incorrecto? El sistema debe ser capaz de recibir el mensaje de error de la AEAT y presentártelo de forma clara.
Adaptación a Verifactu más allá de la factura: Conectando tu operativa real
La hoja de ruta de 4 pasos es el «qué». Ahora vamos al «cómo».
El verdadero reto para una empresa de servicios no es Verifactu en sí mismo. El reto es que tu negocio no es tan simple como «crear una factura». Tu negocio implica partes de trabajo, proyectos complejos, certificaciones de obra o técnicos en movilidad.
La adaptación real consiste en conectar esa complejidad operativa con la simple obligación fiscal. Aquí es donde los «parches» de facturación fracasan.
Escenario 1: Servicios de Campo (Mantenimiento y SAT)
Si gestionas un SAT o una empresa de mantenimiento, tu mayor dolor de cabeza es la desconexión entre el técnico en movilidad y la oficina.
El técnico cierra un parte de trabajo en su app. Añade piezas, mano de obra, adjunta la firma del cliente. Ese parte es el origen del dinero. Pero ese parte no es una factura.
Aquí es donde está la trampa: la adaptación inteligente no es buscar cómo el técnico «hace una factura Verifactu» desde la furgoneta, con el riesgo de errores que eso conlleva.
La adaptación real es tener un sistema de gestión donde ese parte de trabajo, una vez validado, se convierte en la factura de forma automática, con un clic en la oficina (o incluso desde la app por un supervisor). El sistema ya sabe qué piezas se usaron (y que, como aclaramos, su desglose no va a la AEAT), qué contrato tiene el cliente y qué debe facturar.
El registro Verifactu es solo el resultado final de un proceso conectado. Es la diferencia abismal entre «crear facturas sueltas» y «gestionar un negocio de SAT». El primero te hace perder horas en administración; el segundo te asegura que todo parte de trabajo se factura sin errores.
Escenario 2: Construcción y reformas
En el sector de la construcción y las reformas, el problema es otro. Nadie factura «conceptos» sueltos. Se factura por «certificaciones de obra», por hitos de proyecto o sobre un presupuesto inicial complejo.
Tienes un presupuesto gigante con cientos de líneas (materiales, mano de obra, subcontratas). El cliente te aprueba el 30% del avance.
Tu software Verifactu no vale de nada si no entiende esto.
Lo que la ley exige es un registro de la factura de ese 30%. El reto es: ¿cómo genera tu sistema esa factura? ¿Abriendo un programa de facturación y picando el importe a mano? Es la receta perfecta para el descontrol financiero y los errores de trazabilidad.
Un sistema de gestión real te permite facturar contra el presupuesto o el proyecto. Le dices al sistema «facturar la certificación 3» y él solo consolida esos importes, genera la factura por el total correcto, y entonces crea el registro Verifactu.
La ley es la consecuencia, no el origen del trabajo. Necesitas un software que entienda de certificaciones de obra y proyectos, no solo de facturas.
Escenario 3: Servicios profesionales (Arquitectura e Interiorismo)
Finalmente, si tienes un estudio de arquitectura, una ingeniería o una empresa de interiorismo, tu «dolor» es distinto. Tu moneda de cambio son las horas, las fases del proyecto y la gestión de múltiples proveedores.
Tus facturas no vienen de un parte de trabajo físico ni (generalmente) de una certificación de obra. Vienen de hitos como «Entrega de anteproyecto» o «Fin de Fase de Ejecución».
El reto es: ¿cómo conectas las horas imputadas por tu equipo (el timesheet) y los gastos incurridos (proveedores, materiales de decoración) a esa factura?
Un «parche Verifactu» no sabe nada de esto. Simplemente registra la factura final. Un software de gestión (PSA) como fixner te permite llevar el control de rentabilidad del proyecto en tiempo real. Cuando llega el hito de facturación, el sistema ya sabe cuántas horas y gastos se han consumido, permitiéndote facturar contra la fase del proyecto.
De nuevo, el registro Verifactu es el último paso, no el primero. El primer paso es tener un sistema que entienda que tu negocio se basa en la rentabilidad de proyectos y horas, no solo en emitir facturas.
El coste de la inacción: ¿Qué ocurre si ignoro Verifactu?
La tentación de posponer la adaptación es grande, pero los riesgos son concretos y cuantificables. La Ley Antifraude establece un régimen sancionador severo para desincentivar el incumplimiento:
- Para la empresa: Utilizar un software de facturación que no cumpla con los requisitos se sanciona con una multa fija de 50.000 euros por cada ejercicio fiscal.
- Para los fabricantes de software: Producir y comercializar programas que permitan la manipulación de datos contables conlleva multas de hasta 150.000 euros por cada año de ventas.
Más allá del dinero, el coste operativo de una inspección y la necesidad de una migración forzosa y apresurada siempre será mucho mayor que el de una adaptación planificada. Las empresas tienen de plazo para adaptarse hasta el 1 de enero de 2027 y los autónomos hasta el 1 de julio de 2027 a no ser que estén exentos de su cumplimiento.
Más allá de la obligación: la oportunidad oculta
Independientemente del camino que elijas, esta normativa te obliga a ordenar tus procesos de facturación. Los beneficios van más allá de evitar una multa:
- Fin al caos de las facturas: Se acabaron las facturas duplicadas, las rectificativas pérdidas o las versiones «v1», «v2», «final», «final_esta_si». El sistema impone un orden que se traduce en menos errores y menos tiempo administrativo.
- Visibilidad de negocio real: Un registro de facturación limpio y en tiempo real te da una imagen precisa de tu flujo de caja. Facilita la toma de decisiones porque los datos son fiables.
- Cobros más rápidos: Un proceso de facturación robusto y sin errores reduce las disputas y retrasos en los pagos por parte de los clientes. Facturas claras y correctas se cobran antes.
La elección es el primer paso hacia el control
Adaptarse a Verifactu no empieza eligiendo un software. Empieza con una decisión estratégica sobre cómo quieres que tu empresa garantice la integridad de su facturación. Al entender los dos caminos disponibles, pasas de ser un sujeto pasivo de una ley a ser un estratega que elige la ruta que mejor se adapta a su negocio. Esa elección es el verdadero primer paso para convertir una obligación en control.
Preguntas frecuentes
Tengo un SAT, ¿mi técnico tiene que generar la factura Verifactu en casa del cliente?
No, y de hecho no es la práctica más recomendable. El trabajo del técnico es cerrar el parte de trabajo en su dispositivo móvil (con las piezas usadas, el tiempo y la firma del cliente).
La adaptación inteligente es que tu software de gestión reciba ese parte validado y, desde la oficina genere la factura Verifactu correcta con un solo clic, sin errores manuales. El parte es la gestión operativa; la factura es la obligación fiscal.
¿Cómo registro en Verifactu una «certificación de obra»?
Esta es una de las mejores preguntas. En sentido estricto, no registras la «certificación de obra», ya que ese es un documento de gestión del proyecto. Lo que registras es la factura que corresponde a esa certificación.El error común es usar un «parche» de facturación y teclear el importe a mano («Factura del 30% de la obra X»). Esto es una fuente de descontrol. Un sistema de gestión real te permite «Facturar la certificación 3» contra el presupuesto del proyecto. Un software como fixner genera automáticamente la factura por el importe correcto y es a esa factura a la que aplica el registro Verifactu.
Soy arquitecto y facturo por «fases» o «hitos». ¿Cómo me afecta esto?
No te afecta en tu forma de facturar. Puedes seguir facturando por hitos («Entrega de anteproyecto», «Fin de Fase de Ejecución»). El reto real no es Verifactu, es la trazabilidad.
Tu adaptación a Verifactu debe asegurar que tu software conecta esa factura del hito con la rentabilidad real del proyecto (es decir, con las horas que tu equipo ha imputado y los gastos asociados). Un «parche Verifactu» solo registra la factura; un software de gestión de proyectos (PSA) te dice si ese hito que has facturado ha sido rentable.


